Tras caer el Cinturón de Hierro, poco mas se podía hacer por salvar Bilbao del avance de los nacionales. Frente a la inminente ocupación se decidió conservar todas las fábricas del Abra en su máximo rendimiento, las únicas destrucciones que se produjeron fueron las de todos los puentes que cruzaban la ría, incluido el Puente de Bizkaia, que vio como las aguas del Nervión se tragaban el travesaño que permitía al transbordador cumplir su función. Mientras, las pocas tropas que quedaban, se iban retirando hacia Santander para proseguir la resistencia. Posiblemente, Punta Lucero fue una de sus últimas paradas antes de abandonar Euskadi.
En Zierbena, subiendo por el barrio de La Cuesta, nos encontraremos con una pista (impracticable para un turismo) que nos llevará a este enorme complejo, que ocupa toda la cima. La señal de que hemos llegado es esta construcción, la garita de entrada al complejo. Continuándo por la vereda que marcan los muros de la entrada, observamos que a mano derecha, dirigidos hacia el cantábrico, se encuentran 6 semicírculos rodeados de hormigón que en su dia albergarían enormes piezas de artillería.
En el medio de algúnos de ellos, todavía se puede intuir el lugar donde estuvieron anclados los ejes de los cañones. Tras recorrer esta recta comienza una fuerte subida hacia la cima de Punta Lucero. La siguiente construcción que veremos es un curioso puesto de vigilancia que no destaca precisamente por su amplitud. Con aproximadamente 1.5 metros de longitud, el vigilante debía estar sentado en el cuchitril y casi agachando la cabeza, sin duda una estupenda posición para permanecer horas observando el horizonte.

Unos metros mas arriba nos topamos con otra construcción de curiosas características. Se trata de un pequeño nido de ametralladoras, con su eje levantado a 1.30 m del suelo, que tiene una cúpula protectora de hierro. En su dia era giratoria, pero actualmente el oxido ha soldado los carriles , lo que impide movimiento alguno.
Miesntras continuámos la ascensión a la cima podemos ver unos tres o cuatro parapetos sin techo que, curiosamente, están dirigidos hacia el interior. De esta forma, se tenían vigiladas tanto la linea interior, como la de costa. También destacar que si nos fijamos en la ladera que encara el mar, veremos gran cantidad de zarzales y montículos que, en su mayoría, esconden trincheras y pequeños parapetos.
Con esto, doy finalizada a la primera parte de esta muestra.





Miesntras continuámos la ascensión a la cima podemos ver unos tres o cuatro parapetos sin techo que, curiosamente, están dirigidos hacia el interior. De esta forma, se tenían vigiladas tanto la linea interior, como la de costa. También destacar que si nos fijamos en la ladera que encara el mar, veremos gran cantidad de zarzales y montículos que, en su mayoría, esconden trincheras y pequeños parapetos.

Con esto, doy finalizada a la primera parte de esta muestra.
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