La ¿evolución?

Antes de todo, quiero pedir disculpas por no haber puesto ninguna entrada en el blog, entre otras razones, debido a que me fuí fuera y no disponía de internet. Por ello, estas semanas pondré alguna entrada mas.

Hace unos tres años, se creó a escasos dos kilometros de La Arboleda, un campo de golf. Bajo el pretexto de ser público, se marcaron unas cuotas bastante populares. Aún así, el caracter minoritario de este deporte no justifica el impacto ambiental que supone la creación y el mantenimiento de muchos de esos espacios.
Puede que la explotación minera haya sido mucho mas agresiva con el medio, pero una vez terminada esta actividad, y tras varios años de su cese, el entorno puede disfrutar de una segunda oportunidad, tal y como se ve en casi todas las zonas.
Sin embargo, un campo de golf, no otorga esta oportunidad, en primer lugar, porque mientras haya actividad, el area que rodea a este espacio se ve enormemente afectada por las actividades de mantenimiento. Por muy verde y natural que parezca, un campo de golf es tremendamente agresivo con el suelo: El cuidado del paisaje se hace con productos totalmente químicos, que se filtran por el suelo y terminan afectando negativamente a la fauna y a la flora. Lo mismo pasa con los cursos naturales del agua, que se alteran, e incluso eliminan a capricho de los diseñadores del campo de golf. Estos cambios se hacen irrecuperables y cambian radicalmente los flujos acuaticos Y no estamos en un momento muy indicado, precisamente, para andar jugando con el agua.
A parte del intolerable daño a los recursos naturales, en este caso, tambien se ha perjudicado enormemente al patrimonio histórico de esta zona. Numerosas construcciones mineras que convivían ya, en armonía con la naturaleza, no podrán volver a ser vistas, ya que la construcción del espacio deportivo no se anduvo con muchas comtemplaciones a la hora de eliminar los restos de la actividad que se ejercio anteriormente en la zona, y que determinó la historia Bizkaina.