martes, 1 de enero de 2008

La vida de los mineros 2

A parte de los mineros, tambien las mujeres e hijos de estos veían su vida estrechamente condicionada por las minas.
Por su parte, las mujeres se veían en la obligación de mantener unas casas que carecían de cualquier servicio de agua corriente o electricidad. Debían ir a los lavaderos para abastecerse del agua, cada dos por tres arreglaban las ropas, de penosa calidad, que debían llevar los maridos al trabajo y que en seguida se volverían a romper. Las mujeres jugaron un papel esencial en la actividad reivindicativa de sus maridos y mostraban mas de una vez su caracter contra los patronos y contra los cantineros, que casi eran atracadores. Conocían la forma de atenuar casi cualquier enfermedad que fuese común en la zona, y se reunían entre ellas para conocer la situación del resto de familias y, así, poder solidarizarse en la medida que podían. Ademas de todo lo anterior, tambien practicaban la agricultura y cuidaban algunos animales para, dentro de lo que cabe, ser capaces de buscar un autoabastecimiento que les permitiese una manutención lo mas holgada posible. Como se puede ver, estas mujeres fueron auténticas luchadoras.
Por su parte, los mas jóvenes veían como desde su temprana edad ya estaban abocados a seguir los pasos de sus padres, sin poder aspirar a nada mas. Mientras que los niños entraban en las minas a la temprana edad de 12 años, trabajando como pinches, llevando agua y herramientas a los trabajadores, e, incluso haciendo lo que un adulto no podía hacer por corpulencia; las jóvenes iban con tempranas edades a trabajar a las casas de señores. Allí aprendían a hacer labores del hogar y a cocinar, algunas veces con planchas y materias que no volverían a ver en sus casas. A partir de aquí, despues de pasar directamente de niños a adultos, se volvía a comenzar el ciclo: los hombres a las minas y las mujeres al lavadero, y así todas las generaciones.

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